Es necesario sentir y llevar
dentro
nuestra propia tierra,
nuestras raíces,
nuestra isla de procedencia.
Pero no hay que perder de
vista
que más allá de sus límites
hay un océano inmenso
donde existen miles de otras
islas por descubrir,
a las que cuidan y alumbran
cada noche,
desde múltiples universos,
miríadas de estrellas.
*
Seamos manantiales, oasis,
tienda de acogida,
en medio del desierto por
donde vagan
sin rumbo ni esperanza
las soledades más desoladas.
*
No temas. Porque hoy estoy a
tu lado.
Y si mañana no percibes mi
caricia, mi aliento,
no temas, siénteme muy
adentro,
porque sabré, de alguna forma,
cómo hacer para que amanezca
una sonrisa
en cada latido de tu corazón.
*
Estamos llamados a ser
lo que desde siempre somos:
la íntima presencia que nos
habita,
la “llama de amor viva”
latente, oculta, a veces
ignorada,
bajo las brasas siempre
encendidas.
*
Para que un instrumento de
viento
(una flauta, un clarinete, un
saxofón…)
pueda expresar la mejor
música, el mejor sonido
al que está destinado desde su
creación,
necesita del aire que en ti
circula y da un tono vital,
el que brota lleno de calidez
desde tu interior…
*
El compromiso con las grandes
causas
por el bien de la humanidad,
de la ecología, de nuestra
Tierra…
deben estar profundamente
interrelacionadas
con las pequeñas causas que
tenemos que afrontar
cada día personalmente en
nuestra cotidianidad.
Unas y otras son las que nos
ofrecen
el verdadero sabor a la vida.
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