las aprendemos estando
sentados,
pero las enseñanzas más
enriquecedoras
se adquieren caminando.
*
Cuidemos de no dejarnos
atrapar
por la intrascendencia en
nuestra vida,
para sentir en plenitud la
inmanencia,
rociada por el fulgor de la
transparencia.
*
La semilla ya está, desde
siempre,
oculta, dentro en ti.
Riégala, cuídala.
Solo así florecerá y dará su
fruto.
*
Por el simple hecho de vivir,
tú eres ya un ser muy especial.
Al igual que la naturaleza, el
universo
y todos los demás seres con
los que coexistes.
*
Mira con atención su rostro y,
en este,
en profundidad sus ojos, su
mirada.
Ahí, en lo más hondo, anida la
verdad de su corazón,
no las corazas ni las apariencias.
*
No necesitas la aprobación del
otro
para iniciar el viaje hacia la
dicha.
Pero sin el otro, siempre que
te acompañe
en el recorrido hacia tu
libertad,
no podrás tampoco ser feliz en
plenitud.
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