La presencia que nos habita,
sostiene e impulsa
es como un hogar acogedor en
el que vivimos,
como la brisa que invita al
profundo respiro,
como un ambiente agradable que
nos rodea
y en el que nos sentimos
afortunados.
***
Y el alfarero consiguió que
emergiera de la arcilla
la luminosidad que latía en su
interior,
transformándola en una hermosa
lámpara
dispuesta para ser luz.
***
Después de hacer tuyo su
temblor
te abrazará la ternura
con sus lágrimas de rocío.
***
Los gestos de generosidad,
solidaridad y cuidado,
permiten que resurja
la ilusión por la vida.
***
La esperanza nos urge, nos
moviliza
a buscar siempre una salida,
a intentar una solución a cada
problema.
***
La mirada atenta, compasiva,
la mano abierta, tendida,
la vida como don
que conmueve y fascina.
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