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domingo, 11 de marzo de 2012

Sobre la estela de una gran ola

Sobre la estela de una gran ola,
en los destellos diáfanos de cada gota,
reverberan los iris multicolores de eternos ensueños
agazapados tras los oscuros pliegues de la vida.

Una ola tras otra, sutiles, persistentes,
o con un oleaje intrépido, embravecido, se lanzan
contra firmes escolleras y acantilados,
duros, pétreos, en apariencia impenetrables.

Horadan cabalgando sobre la húmeda brisa
o sobre un arrollador viento huracanado,
que resuena en un eco de persistentes energías,
clamores, en las oquedades de los malecones.

Hasta perfilarse sobre la cima de la realidad
una silueta nítida -millones de rostros vivos-,
hacia la que peregrinan unidas en la diferencia,
desafiantes, con la mirada prendida en el horizonte

domingo, 4 de marzo de 2012

El silencio


Tan sosegado,
el silencio.

Al fondo
sonidos de cláxones,
llamadas sin respuesta, sirenas.

Pero caminando
entre eucaliptus, pinos,
abetos y almendros,
solo los variados
trinos de las aves
se deslizan en mi interior,
inundándolo de melodías.

Una cálida melancolía,
una caricia suave en el alma,
un momento inusitado de paz
posterga el polvo del camino,
el cruel lamento de la ciudad.

Los pasos agitados
de los caminantes
se alejan presurosos.

Mientras, yo me quedo a solas,
contemplando más allá
de las altas copas y los pétalos,
abrazado, seducido
por el rumor quedo
de este fascinante silencio.