Powered By Blogger

miércoles, 8 de abril de 2020

A vivir

He dicho - Luis Eduardo Aute

Siento que te estoy perdiendo.
A día de hoy, la mala muerte, una flor de ceniza,
en tu lecho de amor y muerte, cuando duermes
tu sueño eterno y superada ya la encrucijada:
una de dos, enamorarse o morir.
Quisiéramos volver a verte aún
en claroscuro o blanco y negro.
Clamo al firmamento sin tu latido
y tú, invisible, como un pajarillo, luz contra luz,
ya toda tu existencia salmodiando en el universo.
Sí, nos queda la música, tu música, tu eterna canción.
¡Ay de ti, ay de mí!
Como una estrella fugaz
el niño que miraba al mar, sombra en el agua,
lentamente de espuma.
Tu sueño eterno, al fin polvo enamorado.
De alguna manera quisiera ser el aire, tu aliento,
un soplo de alegría y escribo tu nombre
a las cuatro y diez, cuerpo a cuerpo,
como tú, más allá del amor.
La pasión sale a tu encuentro, tarde, muy tarde,
la locura que todo lo cura, con tus naves quemadas,
desnudo, a la intemperie.
Solo los días de amores nos cantaste:
abrázame y quiéreme con imaginación y alevosía,
cada vez que me amas, mi querencia,
imán de mujer, mojándolo todo…
De un tiempo a esta parte he comprendido
que es peligroso asomarse al interior
pero sé que me va la vida en ello.
Anda, ayúdanos a saborear
dos o tres segundos de ternura, pues prefiero amar,
y rodearme de belleza.
¿Dónde estará la verdad?
Tú nos enseñaste que la felicidad
consiste en compartir entre amigos,
en buscar juntos sin descanso rosas en el mar,
la utopía de Albanta.
Con tu existencia nos mostraste el camino
a recorrer para reconocer dónde estará la verdad,
la delicadeza, hasta poder exclamar: digo que soy libre.
Luis Eduardo, querido amigo, compañero,
descansa y continúa a nuestro lado
con tus lienzos, tu música y tu humanidad.
Nada más queda, por fin todo va bien.
Toda una vida dedicada a vivir intensamente,
pero sabiéndote de paso, de paso…
Cada mañana al despertar, a partir de ahora,
diremos agradecidamente: Aleluya.
Cada nuevo día, al Alba.

Embriagado



Su agradecida mirada nos decía
que cuando atravesara el espejo intangible del sueño,
ya no quedaría nada de su imagen.

Que durante un instante
solo podríamos contemplar
su espalda tatuada de ardientes despedidas.

Y así ocurrió.

Cuando pudimos recuperar la palabra sin llanto,
fuimos reviviendo su memoria.
Y esa evocación nos devolvió
tantos brindis y lágrimas y risas y sueños.

Porque nadie se había embriagado y bebido
con tanta intensidad su entera existencia.

Nos preguntamos si en algún momento
se diluiría su recuerdo
entre las brumas del tiempo y el olvido.

Y entonces comprendimos que nada ni nadie desaparece
cuando su mirada se transparenta
en los destellos y las resonancias
que las aguas nos devuelven
desde el curso del manantial de la vida.

Miramos desde los cristales

Detrás de la ventana - El Periódico de Villena

Miramos desde los cristales cómo fluye la corriente del río,
las hojas caídas que se deslizan sobre el agua,
la orilla frondosa que nos invita y espera enfrente,
el cielo azul o cubierto de incertidumbres.
Pero llegará, acudirá a su tiempo la luz de la alegría.
La claridad de una primavera que estalla a nuestro alrededor.

Yo me cuido y así te cuido a ti

Cuidado de personas mayores en Valencia

Yo me cuido y así te cuido a ti.
Si tú te cuidas, tienes cuidado de mí.
Cuando ella o él se cuida, nos cuida a ti y a mí.
Si nosotros nos cuidamos, tenemos cuidado de vosotros.
Si vosotros os cuidáis, nos cuidáis a cada uno de nosotros.
Si ellos y ellas se cuidan, sanaremos tú y yo, nosotros y vosotros.
Y todos recuperaremos la paz, la esperanza y la sonrisa.

Un alba de dignidad y belleza

8Rituales para la Noche de San Juan 2019: de las hogueras a las ...





Acuden a la cita por sendas oscuras,
bajo la sombra de grandes árboles protectores,
la maleza alta, invasora, amenazante
y las hirientes zarzas colmadas de espinas.

Aparecen por caminos distintos
desde diferentes y alejadas procedencias,
tan peculiares y vivos los colores de sus camisas,
las miradas y el tono de sus cabellos.

Una llamada ancestral las convoca,
un eco primigenio en el que estalla
el clamor conjunto de alaridos sufrientes y lágrimas,
risas, confidencias, anhelos y gemidos.

Nada ni nadie logrará detener sus pasos,
ni siquiera el obligado, callado silencio,
la palabra lacerante, la sangre hirviendo
dirigiendo sus pasos y sus miradas
más allá del horizonte.

No son ni están todas,
es tan ancho y tan plural su mundo…
Quisieran ser una inmensa cosecha,
una tormenta, un huracán, un maremoto,
una avalancha de nieve ardiendo.

Son miles, millones de gotas únicas, hermanadas,
que se unen, cuidan, celebran y abrazan
contra el desprecio y el frío de la noche.

No llegan a ser océano, ni mar, ni río,
pero forman una creciente ola revestida de espuma.

Siguen acudiendo a la playa y a la fiesta del encuentro,
empapando la tierra de sonrisas y futuro,
pues no hay quien detenga esa lluvia fina, persistente,
contra los insultos, los odios y los muros.

Recuperan la música que las invita a danzar,
resuenan canciones, vuelan mariposas, pañuelos y abrazos,
y se sienten felices, cómplices, unidas,
como hermosas y abiertas flores violetas,
llamando a despertar el alba de la dignidad y la belleza.

Nacida prematuramente

Flores De La Almendra Hermosos árboles Con Flores Blancas En ...

Nacida prematuramente.
Primavera en flor.
Nievan los almendros.

Me dejaré siempre en la copa...

Dos copas de vino tinto cerca de una chimenea de antonpetrus en ...

Me dejaré siempre en la copa un último sorbo de vino
para brindar por lo que me fascine en cada momento,
ese instante bañado por el sabor inefable, divino
de la sorpresa, la intimidad y el estremecimiento.

Y dejó alejarse...

Arrastrados por la corriente del río - InterSer Ediciones


Y dejó alejarse los ojos que la tenían detenida,
para poder contemplar de nuevo los suyos
y recuperar al fin la luminosidad perdida.
Una mirada nueva 
sobre la corriente del río de su propia vida.

Nadie pudo arrebatarle

Gaviota Ceu Azul - Foto gratis en Pixabay

A Marcos Ana

Nadie pudo arrebatarle
esa extraña y persistente luz
que desprendía su mirada.

No fueron capaces las horas interminables,
ni los días en que la soledad y el silencio
le ahogaban tras un muro de oscuridad y miedo.

No le despojaron de su dignidad
los desprecios y tormentos,
los disparos que fingían arrebatarle la vida
o el hambre que roía sus entrañas,
las noches gélidas sin caricias,
solo abrigado por lágrimas y recuerdos.

No le desposeyeron de su interior sonrisa
ni los árboles que le dieron la espalda,
ni las cartas que no le entregaron,
ni la altivez del menosprecio.

No le arrancaron la flor de la confianza
ni las banderas que desgarraron
a fuerza de terror impuesto,
ni la ilusión de un alba compartida,
ni los cuerpos fraternos desaparecidos
en las cunetas de los caminos y el destierro.

No quebraron el cristal de sus sueños
bajo los días grises y los despojos,
ni la ilusión de volver a amar con pasión,
ni las brasas que siguieron ardiendo
porque no lograron extinguir sus rescoldos.

Como una gaviota siguió surcando el azul del cielo,
porque aunque aquel mar del pasado
quedó vacío, doliente, reseco,
nada ha logrado impedir
que alce al alba, cada día, su libertad en vuelo.

Puedes


Amanece en Barcelona | entendemos

Puedes caminar por las calles,
como si para ti estuvieran vacías,
sin percibir los cuerpos yacentes, doloridos,
las manos extendidas.

Puedes deslizarte de puntillas,
para no escuchar ocultos lamentos,
sin prestar atención a la carne suplicante,
sufriente, estremecida.

Puedes incluso sobrevivir saltando
sobre charcos de sangre,
sin que te aflijan amargas lágrimas,
húmedas miradas perdidas.

Pero también puedes dejarte interpelar
por la contemplación de la herida abierta
y aplicar el bálsamo de la ternura,
que te salvará de la voracidad desmedida

y te acercará al alba,
que renace a tu alrededor,
en tu más profundo centro, al fin,
recién amanecida.

Sin tu aliento

Picture of Gamla Stan street at night

Olas que se desvanecen en un mar muerto,
sin rumores de espuma.

Brisa en la fría noche del tiempo,
sin recuerdos ni espinas.

Amanecer gris, inclemente,
sin la sábana tibia de tu cuerpo.

Ramas desnudas al compás del viento,
sin hojas ni fotos de recuerdo.

Calles vacías, puro silencio,
como mi vida sin tu aliento.

Caminaba sin mirar atrás

Valencia escribe: SUCEDIO EN EL ANDEN

Caminaba sin mirar atrás hacia un destino incierto,
los dos con lágrimas en el corazón 
y un sabor amargo de desconsuelo...
De pronto se dio la vuelta
y dibujó en el aire un letrero
que alzó entre sus brazos
y que rezaba en grandes letras luminosas:
TE QUIERO.

El joven cantor

Joven en la carretera con maleta en el fondo del cielo ...

El joven cantor
comprende que ha sido atrapado
por la brisa del amanecer
tras unos ojos oscuros
que desbordan agradecimiento,
y ha recibido un regalo:
reconocer que la vida
es puro nawal, don.

Por eso coge de nuevo su guitarra,
y canta con todo el alma Ojalá.
Para despertar el nuevo día,
porque hoy también es posible,
siempre, todavía.

Llegará inevitable en la noche

Paseando por Gijón: un bonito atardecer en el Parque de los ...

Llegará inevitable en la noche a buscarme.
Y yo me dejaré llevar dócil o con los ojos arrasados.
Pero no me podrá retener,
ni a nadie que haya amado la vida,
que haya desbordado vida,
que haya compartido por entero su vida.
Porque nuestra existencia se mece confiada
en los brazos de la Vida.

Hay recuerdos...

Astrónomos detectan la estrella más lejana jamás vista

Hay recuerdos que encienden el breve fulgor
de una agonizante y lejana estrella que revive.
Únicamente si alumbran los caminos son dignos
de grabar sus huellas en la memoria del corazón.
Risas que concedían breves destellos en el temor de la tarde,
una promesa hecha a los pies del lecho y su angustia,
palabras que refulgían en silencio junto al curso de un río,
manos que despejaban las dudas en un alma perdida…
Evoca agradecido, sin nostalgia el rumor de aquellos días,
que han dejado impresas en la piel y la retina
las hojas voladas del calendario y sus cenizas,
las brasas guarecidas al abrigo de una gélida anochecida.
El tiempo no vuelve nunca, pero su latido permanece
en las sombras que acompañan, en los pasos detenidos.
A veces el tiempo tropieza en el ánimo fatigado,
pero aún le respira el aliento en su mirada de niño.