o se elevan las nubes impulsadas por el viento.
Acarician delicadas como la brisa
o sofocan el suave murmullo del silencio.
Muchas veces nos conmueven.
Incluso acompañan o estremecen.
Son tan sorprendentes y necesarias…
Me sigue admirando al atardecer de la vida
el fascinante azul-añil de las palabras.
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