a toda esa gente que sigue
iluminando cada día,
creando un mundo más habitable
desde lo real,
sin afán de protagonismo, sin
recibir nada a cambio,
con una amplia sonrisa en los
labios
y el corazón desbordante de
ternura.
*
A veces hay que salir con
sigilo
por la puerta de atrás de la
discreción,
para que la soledad y el
silencio
acompañen y alivien más
que nuestras propias palabras.
*
El don de uno mismo, de lo que
eres y tienes,
de forma desinteresada y
gratuita,
en el mundo actual en que
vivimos,
representa una excepcional,
pero auténtica alternativa
a la lógica demencial del
individualismo,
el egoísmo, el odio y la violencia.
*
Cuando las aguas del río están
mecidas por la brisa
o se encuentran turbias
debemos esperar
con paciencia a que se calmen
o se aclaren.
Solo entonces, con el agua
serena, transparente,
podremos ver el fondo, como si
fuera un espejo.
*
Hay mapas, planos, satélites
que guían los gps,
pero no servirán de nada si no
estamos dispuestos
a emprender un camino inédito
y sus riesgos.
*
Si el río se para a cada
instante a contemplar
su poder benefactor, o lo que
florece a su paso,
y deja de correr, al final se
reducirá
a una charca estancada hasta
que llegue a secarse.
Porque lo importante es que no
deje de fluir,
sintiéndose bien al ver cómo
muchos seres
se sumergen, viven en él y
otros vuelven cada día
a sus orillas para saciar la sed en sus aguas.
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