Como una leve hoja verde colmada de savia,
Como el gorrión que entona en su rama su trino,
Como un hombre tímido, comprometido y libre, sin más.
Así tu vida, así tu testamento de luz,
Tu agenda repleta de nombres y amigos.
No hay lágrimas en tu despedida,
Sólo canciones, recuerdos puros,
Agradecimientos, el homenaje emocionado
De una tierra y miles de ciudadanos
En pie, como árboles, mirando desde tus ojos
Y tu voz la realidad, el horizonte, su futuro.
Hoy nos atrevemos a cantar a un hombre sincero,
Que se atrevió a llamar
A su palabra, libertad,
A la injusticia, opresión,
A la utopía, lucha diaria.
Y enviar a la mierda a quienes se ríen
De una vida entregada gratuitamente
Como servicio por los demás.
Nadie volverá a entonar como tú,
Con ese mismo acento,
Con esa inmensa vitalidad,
Con ese desafío permanente,
Con esa muestra de ternura e ironía.
Se han quedado grabados
En nuestros corazones
El humor, la sencillez,
La emoción, tu vida.
La sangre y la esperanza.
La realidad y el horizonte cotidiano.
Y el rumor del amor más verdadero,
Vigilante siempre en nuestros labios,
En nuestro corazón.
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