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domingo, 25 de septiembre de 2011

El deseo

El deseo es el alma
ardiente del anhelo.

Delicadas las yemas,
como brotes surgiendo,
renaciendo en cada caricia.

El rocío se derrama
suavemente por el tallo
que resurge de sus cenizas.

Asciende la piel,
como la mirada,
contemplada en el firmamento
de sus pupilas.

Afuera cae levemente la noche.

Las estrellas no son fugaces,
sino que irrumpen,
alumbran, como llamas ardientes,
dolorosas en su ardor,
que estallan de estremecimiento,
de amor.

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