Unas veces aparece como un torrente,
otras se mantiene en mansa quietud.
En algún momento
se desborda implacable
produciendo destrucción a su paso.
se desborda implacable
produciendo destrucción a su paso.
Sus márgenes pueden
estar bañados de belleza,
dignos de contemplar con gozo,
o grises, como cualquier día,
como el hielo y su noche.
estar bañados de belleza,
dignos de contemplar con gozo,
o grises, como cualquier día,
como el hielo y su noche.
Así el manantial,
el río que recorre
el cauce de nuestra vida.
el río que recorre
el cauce de nuestra vida.
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